Mauricio Weibel, Periodista y autor del libro Traición a la Patria: “El periodismo provoca remezones y desestabiliza estructuras que parecen intocables”
Invitado por la Línea de Investigación de Historia y memoria del Núcleo de Ciencias Sociales de la UFRO, el periodista Mauricio Weibel Barahona, autor de Milocogate y del libro Traición a la Patria, cuenta la travesía que significó publicar este tema, el silencio de los medios de comunicación, de las autoridades y el temor que aun causa investigar al Ejército de Chile.
La serie de reportajes que publicó The Clinic que revelaron la desviación de fondos de la Ley Reservada del Cobre por parte del Ejército y que posteriormente dio origen al libro Traición a la Patria, tienen otra historia detrás. Es la historia de cómo se ejerce el periodismo en el Chile de hoy, del silencio de los medios de comunicación, de las autoridades y de los involucrados y que se tejió a la par que el periodista buscaba información, intentaba acceder a archivos secretos, contrastaba fuentes, y conversaba con testigos que solo accedieron a hablar off the record.
La investigación comenzó a fines de 2014 con una conversación informal de Weibel con el abogado Carlos Cruz –ligado a causas de derechos humanos-, quien le comentó que había una causa en la 6ta Fiscalía Militar por malversación de fondos a la Ley Reservada del Cobre. Por ese entonces se habló de unos 50 millones de pesos que estaban bajo sospecha, pero por intuición el periodista advirtió que debía ser algo mucho más grande, ya que la ley era hasta ese momento, un gran secreto que nadie tocaba.
La primera publicación apareció en marzo de 2015 en The Clinic y fue el primer y único medio del país -durante meses- que hizo eco de la incipiente historia.
¿A cuántos medios le ofreciste el reportaje antes que a The Clinic?
Primero la ofrecí a periodistas amigos y conocidos que trabajan en toro medios, pero la verdad es que ninguno quiso publicar la historia. El argumento era que estaban interesados en los temas ciudadanos; lógicamente me di cuenta que era un tema sensible. Fue decepcionante y muy brutal darme cuenta que nadie quisiera abordar el caso. Ahí fue cuando The Clinic y su equipo apostaron por la historia, se entusiasmaron y decidieron seguir con el tema.
¿Lidiaste con la autocensura? ¿Cómo seguiste la pista del caso?
No, nunca los hicimos, pero sí fuimos muy cuidadosos. La primera nota apareció el 15 de marzo de 2015 donde dijimos que había un problema. A continuación me llegó un mail de alguien diciéndome que estábamos profundamente equivocados y que la situación era mucho peor. Luego esa persona desapareció por unos dos meses, y cuando reapareció empezó a haber mayor flujo de información: aparecieron distintas personas que accedieron a hablar por distintos motivos: algunos por venganza, otros por convicción, por enojo; fueron hombres, mujeres, civiles y militares.
Nos dimos cuenta que se había enquistado una mafia al interior del ejército que había logrado tomar el control de los puestos claves y desde ahí realizaban sus operaciones de corrupción. Parte de esas operaciones era impedir que los oficiales honestos ascendieran. Eso produjo una gran tensión porque hay muchos casos de oficiales que por denunciar actos ilícitos terminaron fuera de las filas. Uno de ellos fue el coronel Pedro Ferrer, quien denuncio la falsificación de su firma en facturas e intentaron echarlo.
Eso nos permitió construir el primer gran reportaje quese publicó el 13 de agosto de 2015.
¿Cuál fue la reacción a ese primer reportaje?
Lo primero que pasó fue que no hubo reacción. Todos en silencio: medios de comunicación, autoridades. Ni el ministro del Interior Jorge Burgos o el ministro de Defensa José Antonio Gómez accedieron a hablar. Jamás contestaron nuestras preguntas. Pensamos que había tantos casos de corrupción de que uno más era muy difícil para los equipos de prensa, pero a la semana siguiente publicamos la historia del cabo Juan Carlos Cruz, que durante 6 años se gastó 2.368 millones de pesos en los tragamonedas del casino Monticello y de nuevo el silencio fue total. No teníamos explicación, porque era una historia que reunía todos los ingredientes de un buen reportaje periodístico: daba cuenta de excesos, lujos, viajes, cirugías plásticas para su pareja, y la prensa seguía ignorando el tema. También pensamos que como los documentos eran secretos era difícil acceder a ellos, pero luego de una serie de 10 reportajes nos convencimos que la línea editorial de los medios no quería tocar el tema.
NOVELA POR ENTREGA Y LA CONCENTRACIÓN DE MEDIOS
El escenario no era fácil pero Weibel y el equipo de The Clinic vieron esto como una oportunidad. En algún momento pensaron que tendrían entrar en la batalla de los golpes noticiosos, pero rápidamente se dieron cuenta que los únicos que estaban en el tema eran ellos.
¿Qué estrategia utilizaron para mantener el interés por la historia?
Tomamos la decisión de publicar los reportajes como una novela por entrega: primero el caso del cabo Juan Carlos Cruz, seguimos con la sargento Millaray Simunovic, los generales, los nuevos desfalcos. Funcionó muy bien porquepudimos hacer un mejor relato. Poco a poco Milicogate se fue filtrando a las pautas de los diarios; luego saltó a Informe Especial de TVN y el tema terminó de hacerse público con la historia del enriquecimiento ilícito del general Juan Miguel Fuente-Alba.
Según esto, ¿crees que el periodismo sigue siendo el cuarto poder o estamos ante un mero cliché?
Cuando empezamos la publicación de Milicogate, solo teníamos la ilusión de contar una buena historia, pero desde que partimos hasta hoy se han producido cambios importantes: la Cámara de Diputados creó una comisión investigadora, la Corte Suprema nombró un ministro en visita civil en la causa y la Contraloría decidió investigar en profundidad las operaciones de compra del Ejército, los comandantes en jefe están siendo investigados y la Ley Reservada del Cobre ahora es pública. Por lo tanto sí hubo cambios porque el periodismo provoca remezones y desestabiliza estructuras que parecen intocables.
Pero fue muy difícil al comienzo…
Milicogate demostró que cuando tenemos medios tan concentrados es un problema para la libertad de expresión y también para la democracia. Si no hubiese existido The Clinic este tema jamás se hubiera tocado y estaría silenciado. No existiría en la agenda pública.Y no solo se trata de libertad ideológica sino también cultural.
La derecha concentra propiedad de medios, la izquierda impulsa leyes mordaza y la Presidenta de la República se querella contra un medio de comunicación. ¿Cómo se enfrentar la tarea?
Creo que hay una reacción de las elites por coartar el periodismo, esto sucedió con las leyes que anunciaban con penas de cárcel si publicabas informaciones sobre juicios en desarrollo. Si hubiera sido así, todos l
os que escribimos Milicogate estaríamos presos. Ahora, la Presidenta tiene todo el derecho a pedir una rectificación, pero pedir la cárcel para periodistas es otro asunto. Pero también es muy contradictorio, porque después de la querella a Qué Pasa, la familia presidencial solo da entrevistas a medios de COPESA y eso es poco coherente.
¿Cómo se puede seguir haciendo investigación periodística en este escenario?
Pienso que ya a no se trata de contar una historia que pasó. Las redes sociales están antes que tú. Ahora se trata de narrar los escenarios futuros, a donde van las cosas. Es mundo desafiante sobre todo para los nuevos colegas. He vi
sto que se necesita una mayor formación en temas políticos, económicos. Hay una deficiencia en esos ámbitos, pero también es cierto que la formación en periodismo de investigación se gana con los años y la experiencia.
Escrito por: Lorena Espinoza Arévalo – Periodista Institucional – Email: lorena.espinoza@ufrontera.cl
Vicerrectoría de Investigación y Postgrado