Vivienda y alimentos lideran las mayores incidencias, mientras productos como el aceite de oliva registran alzas significativas.
El Observatorio Económico y Social de la Universidad de La Frontera (OES-Ufro) ha publicado el informe titulado Balance del IPC a noviembre 2024, que analiza la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC) entre enero y noviembre de 2024, basado en datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Este informe tiene como objetivo identificar las principales alzas y bajas de precio a nivel de divisiones y productos de la canasta del IPC, permitiendo comprender los factores que han impulsado la inflación en el periodo analizado.
El informe revela que la variación acumulada del IPC entre enero y noviembre de 2024 alcanzó un 4,7%, mientras que la variación a 12 meses se ubicó en 4,2%. Dentro de las 13 divisiones de la canasta del IPC, Vivienda y servicios básicos registró el mayor aumento acumulado con un 10,2%, mientras que la división de Vestuario y calzado mostró la menor alza con apenas un 0,3%. A nivel de productos, el aceite de oliva destacó como el bien con mayor incremento acumulado, con un alza del 74,1%, mientras que el zapallo registró una significativa caída de precio, acumulando una baja del 24,1%.
La inflación en 2024 estuvo principalmente impulsada por las divisiones de Vivienda y servicios básicos y Alimentos y bebidas no alcohólicas, que en conjunto representaron cerca de la mitad de la inflación acumulada del año. Entre los productos con mayor incidencia destacan el suministro de electricidad, alimentos adquiridos en restaurantes, arriendos, y carne de pollo, que en conjunto aportaron alrededor de 1,9 puntos porcentuales a la variación acumulada del IPC.
El Banco Central de Chile, en su Informe de Política Monetaria (IPOM) de diciembre 2024, proyectó una inflación de 4,8% para el IPC general a diciembre y de 4,5% para el IPC subyacente, revisando al alza las estimaciones del informe de septiembre. Además, el organismo pronosticó para 2025 un IPC general de 3,6% y un IPC subyacente de 3,3% a diciembre, aplazando hasta 2026 el cumplimiento de la meta inflacionaria del 3,0%.
El estudio destaca la importancia de implementar políticas económicas que permitan controlar la inflación y mitigar su impacto en el bienestar de los hogares, especialmente considerando los desafíos que presentan las divisiones de mayor incidencia y los bienes esenciales afectados por los aumentos de precios.